Malbec – Evolucionando audazmente

imagen cortesía de E.Garely
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Si bien la uva nació en Francia, cuando pienso en Malbec, Argentina toma protagonismo.

Malbec en el centro del escenario

Esta nación sudamericana, con su tierra vasta y fértil, su clima ideal y una historia arraigada en la elaboración del vino, se ha convertido en un centro global para la elaboración de vinos excepcionales. Desde sus humildes orígenes hasta los desafíos que enfrentó, ArgentinaEl viaje de Malbec es una fascinante historia de transformación y triunfo.

Orígenes y desafíos

Primeros pasos: raíces y crecimiento

Los conquistadores españoles y los misioneros jesuitas sentaron las bases de la cultura del vino en Argentina, plantando las primeras vides en el siglo XVI. En el siglo XVIII, la región de Cuyo, con su gran altitud y su clima semiárido, se convirtió en el centro del cultivo de la uva. La llegada de inmigrantes europeos en el siglo XIX, que escaparon de la filoxera y la inestabilidad política, impulsó aún más el crecimiento de la industria.

Conflicto y resiliencia

La agitación política, incluido un golpe militar en 1930 y la Guerra Sucia en los años 80, interrumpió la producción de vino. A pesar de alcanzar su punto máximo en la década de 1970, los desafíos económicos y las secuelas de la Guerra Sucia llevaron a una disminución tanto de la producción como del consumo. Las bodegas se adaptaron cambiando su enfoque hacia las exportaciones, buscando el éxito de sus vecinos chilenos.

Los primeros enólogos argentinos se centraron en altos rendimientos, a menudo a expensas de la excelencia del vino. El escándalo de los años 80 relacionado con el transporte de vinos en camiones cisterna puso de relieve la necesidad de regulaciones más estrictas, lo que desencadenó un cambio hacia una vinificación centrada en la calidad.

Planificar el futuro: perspectiva global

A principios de la década de 2000, Argentina enfrentó una crisis económica que, si bien fue perjudicial para la economía en general, se convirtió en un punto de inflexión para la industria del vino. La depreciación del peso frente al dólar estadounidense facilitó las exportaciones, atrayendo inversión y experiencia extranjeras. Enólogos de renombre como Nicolas Catena y Arnaldo Etchart contaron con la ayuda de consultores internacionales, lo que generó innovaciones en tecnología de elaboración del vino y viticultura.

Espacio para crecer: mercado global y apoyo gubernamental

A pesar de su notable progreso, las exportaciones de vino de Argentina representan sólo el 10 por ciento de su producción, lo que representa sólo el 1 por ciento del mercado mundial. Europa sigue siendo un mercado primario, con Italia, Francia y España a la cabeza. Si bien Estados Unidos es prometedor como una importante base de consumidores, lograr una mayor participación del gobierno se considera crucial para fortalecer la marca de vino de Argentina en el escenario mundial.

El viaje de Argentina con el Malbec refleja una historia de resiliencia, adaptación y compromiso con la calidad. La combinación de prácticas vitivinícolas tradicionales con innovaciones modernas ha posicionado a Argentina como un actor importante en la escena vitivinícola internacional, con un amplio espacio para crecer y el potencial de elevar aún más su distintiva marca de vino.

Mi opinión personal

Trapiche Medalla Malbec 2020

Este Malbec es un testimonio de la rica herencia vitivinícola de Argentina y del espíritu innovador de Trapiche, piedra angular del reconocido paisaje vitivinícola de Mendoza desde 1883.

Elaborado en los terroirs de Maipú, Mendoza, Trapiche es sinónimo de excelencia, celebrado por su compromiso de aprovechar los diversos matices de la región. Mendoza, reconocida por producir más del 70% de los vinos de Argentina, cuenta con un clima continental seco, lo que fomenta las condiciones ideales para la viticultura. Dentro de este cautivador reino se encuentran subregiones como Luján de Cuyo y el Valle de Uco, veneradas por producir vinos de carácter y complejidad excepcionales.

Trapiche adopta la filosofía de la biodinámica: un enfoque meticuloso que evita el uso de productos químicos, herbicidas y fungicidas. En cambio, la bodega defiende una visión holística que nutre un ecosistema equilibrado, fomenta la biodiversidad y revitaliza la actividad bacteriana del suelo. Los viñedos prosperan bajo la dirección de esta filosofía, donde sólo se emplean fertilizantes naturales procedentes de granjas biodinámicas, lo que garantiza la armonía entre la naturaleza y la crianza.

Adoptando la sabiduría de los antiguos ciclos lunares y alineaciones celestiales, las prácticas del viñedo están intrincadamente coreografiadas para sincronizarse con los ritmos del cosmos. Cada fase de la luna guía los emprendimientos vitivinícolas, contribuyendo a la creación de excelentes vinos.

Los viñedos meticulosamente cuidados sirven como testimonio del compromiso inquebrantable de las bodegas con la "Innovación constante y la diversidad".

En el corazón de Mendoza, reina el Malbec, emblema de la identidad vitivinícola de la región. Junto a esta noble uva, florece una variedad de varietales: Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Pinot Noir, Chardonnay, Torrontés, Sauvignon Blanc y Sémillon, cada una de las cuales contribuye al vibrante tapiz del legado vitivinícola de Mendoza.

Notas

Este Malbec tiene un tono morado intenso acentuado con toques de violeta y está rico en aromas de frutas rojas como bayas, ciruelas y cerezas, junto con la dulzura de las pasas, todo delicadamente realzado por los discretos aromas de pan tostado, coco y vainilla cortesía de su tiempo pasado en barricas nuevas de roble francés. Al paladar, recibe una agradable sensación dulce, seguida de taninos robustos pero flexibles y una textura plena y aterciopelada, donde la fruta madura se mezcla con un carácter de madera especiado y sutilmente ahumado, culminando en un final gratificante y duradero. El vino tiene cuerpo medio, es elegante y presenta taninos estructurados y lujosos que proporcionan un rico sabor a fruta y minerales sabrosos distintivos.

© Dra. Elinor Garely. Este artículo protegido por derechos de autor, incluidas las fotografías, no se puede reproducir sin el permiso por escrito del autor.

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QUÉ QUITAR DE ESTE ARTÍCULO:

  • La combinación de prácticas vitivinícolas tradicionales con innovaciones modernas ha posicionado a Argentina como un actor importante en la escena vitivinícola internacional, con un amplio espacio para crecer y el potencial de elevar aún más su distintiva marca de vino.
  • A pesar de alcanzar su punto máximo en la década de 1970, los desafíos económicos y las secuelas de la Guerra Sucia llevaron a una disminución tanto de la producción como del consumo.
  • A principios de la década de 2000, Argentina enfrentó una crisis económica que, si bien fue perjudicial para la economía en general, se convirtió en un punto de inflexión para la industria del vino.

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Acerca del autor.

Dra. Elinor Garely - especial para eTN y editora en jefe de vinos.travel

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