- Dificultad para respirar o falta de aire.
- Cansancio o fatiga.
- Síntomas que empeoran después de actividades físicas o mentales.
- Dificultad para pensar o concentrarse (a veces denominado "niebla mental").
- Tos.
- Dolor de pecho o de estómago.
- Dolor de cabeza.
- Corazón que late rápidamente o late con fuerza (también conocido como palpitaciones del corazón).
- Dolor articular o muscular.
- Sensación de hormigueo.
- Diarrea.
- Problemas para dormir.
- Fiebre.
- Mareos al ponerse de pie (aturdimiento).
- Erupción.
- Cambios de humor.
- Cambio de olor o sabor.
- Cambios en los ciclos de períodos.
¿Cómo puede afectar el COVID-19 a los órganos internos?
Algunas personas que tuvieron una enfermedad grave con COVID-19 experimentan efectos multiorgánicos o afecciones autoinmunes durante más tiempo y los síntomas duran semanas o meses después de la enfermedad por COVID-19. Los efectos multiorgánicos pueden afectar a la mayoría, si no a todos, los sistemas del cuerpo, incluidas las funciones del corazón, los pulmones, los riñones, la piel y el cerebro. Las condiciones autoinmunes ocurren cuando su sistema inmunológico ataca las células sanas de su cuerpo por error, causando inflamación (hinchazón dolorosa) o daño tisular en las partes afectadas del cuerpo.
Si bien es muy raro, algunas personas, en su mayoría niños, experimentan el síndrome inflamatorio multisistémico (MIS) durante o inmediatamente después de una infección por COVID-19. MIS es una condición en la que diferentes partes del cuerpo pueden inflamarse. MIS puede provocar afecciones posteriores a COVID si una persona continúa experimentando efectos multiorgánicos u otros síntomas.