Después de un viaje en tren y autobús algo caótico, llegamos de Lausana a Lucerna. Aunque al principio terminamos perdiendo nuestro tren debido a que un taxista nos llevó al lugar equivocado, lo convertimos en una aventura, ¡y estaba orgulloso de poder defenderme en una pelea en francés!
A pesar de los desafíos del viaje, llegamos a nuestro hotel, en lo alto del lago de Lucerna. No hay duda de que Suiza es hermosa y complicada. Las partes alemana, francesa e italiana del país apenas se comunican entre sí, y la policía tiene traductores en su comisaría para comunicarse con otras partes del país. Por otro lado, el paisaje es magnífico, el servicio impecable y los precios de casi todo son tan altos que sorprenden a británicos y franceses. Lo bueno es que el servicio de autobús local es gratuito para los turistas.
En el tren, aquí vi las señales de Basilea. Para la mayoría de la gente, Basilea es simplemente el nombre de otra ciudad suiza, pero ayer también fue el Día de la Independencia de Israel, y fue en Basilea donde tuvo lugar el primer Congreso Sionista. Atendidos por idealistas que buscaban traer a casa a la nación judía, se los consideraba cercanos a los locos. Hoy, su visión es la historia de mayor éxito del siglo XX. Fue aquí en Suiza donde empezó todo. Si no podía estar en Israel en Yom Ha'Atzmaut, entonces este era el segundo mejor.
Mucha gente nos dijo que de las tres ciudades que hemos visitado, Lucerna es la más bonita. Estoy de acuerdo, la ciudad es magnífica. Hay una mezcla de arquitectura europea clásica con un fuerte toque tanto acuático como de montaña. Los edificios pueden ser modernos, antiguos, Art Deco o que recuerden a un cuento de hadas. Aunque la ciudad está llena de turistas, incluyéndonos a nosotros, los suizos son introvertidos en las calles, pero están increíblemente dispuestos a ayudar una vez que te diriges a ellos y les dejas claro que necesitas ayuda.
Por lo tanto, no hay muchas sonrisas, pero hay una gran disposición para ayudar a los extraños, y una vez que se rompe el hielo, hay una gran cantidad de calidez personal. Los precios de los restaurantes aquí son astronómicos. Anoche encontramos un maravilloso restaurante italiano local, escondido en una plaza encantadora, donde incluso la comida sencilla casi valía los precios escandalosos.
QUÉ QUITAR DE ESTE ARTÍCULO:
- Aunque al principio perdimos el tren debido a que un taxista nos llevó al lugar equivocado, lo convertimos en una aventura y estaba orgulloso de poder defenderme en una pelea en francés.
- Por otro lado, el paisaje es magnífico, el servicio impecable y los precios de casi todo son tan altos que escandalizan a británicos y franceses.
- Entonces, no hay muchas sonrisas pero sí mucha voluntad de ayudar a los extraños, y una vez que se rompe el hielo, hay mucha calidez personal.