“Nadie nace odiando a otro por el color de su piel o su religión”, dijo Nelson Mandela. “La gente debe aprender a odiar, y si puede aprender a odiar, también puede aprender a amar”. El turismo es la única industria centrada en las personas y tiene un inmenso potencial para fomentar el amor y la comprensión por encima de todas las fronteras de raza, color, creencia o nacionalidad. Puede ser una poderosa herramienta para la paz.
A medida que nos acercamos al nuevo año, nuestra ferviente esperanza es que el horror y la violencia que el mundo ha experimentado en 2024 terminen pronto. Las guerras en Gaza, Ucrania y Sudán han desplazado a millones de personas de sus hogares y se han cobrado miles de vidas inocentes. No se puede permitir que esto continúe.
Cada persona en el planeta tiene que alzar su voz y decirle a los líderes políticos de todo el mundo:
“¡No más guerras!”
El turismo es una de las mayores industrias del mundo; los países actualmente devastados por las guerras tienen un potencial turístico enorme, pero para que esto se haga realidad, primero debe cesar el conflicto.

Es hora de que todos los profesionales y partes interesadas del sector concienticen a sus viajeros sobre el paradigma superior del turismo, los alienten a viajar con una mente abierta y un corazón amable y respeten la diversidad que encuentran. Cuanto más viajamos, más descubrimos que las diferencias que aparentemente nos dividen palidecen ante todas las esperanzas y deseos comunes que compartimos como especie.
En nombre de nuestra humanidad común, IIPT hace un llamamiento a los líderes políticos mundiales para que dejen de enseñar a la gente a odiar y, en cambio, les enseñen compasión, comprensión y aceptación para establecer la paz.
Ajay Prakash, presidente mundial
Instituto Internacional para la Paz a través del Turismo