El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) anuncia que evaluará las cuentas de redes sociales de solicitantes extranjeros y podría rechazar solicitudes de visa o residencia de personas cuyas publicaciones sean clasificadas como antisemitas por la actual administración estadounidense.
Según el USCIS, los funcionarios de inmigración de Estados Unidos ahora pueden rechazar solicitudes de visas de estudiante o tarjetas verdes basándose en contenido de redes sociales que se perciba como respaldo al “terrorismo antisemita”.
El USCIS especificó que las publicaciones consideradas antisemitas abarcarán interacciones en las redes sociales que muestren apoyo a grupos militantes reconocidos como organizaciones terroristas por Estados Unidos, incluidos Hamás, Hezbolá del Líbano y el movimiento Hutí de Yemen.
La agencia ha declarado que considerará el contenido de las redes sociales que sugiera que un individuo respalda, promueve o apoya el terrorismo antisemita, organizaciones terroristas o cualquier otra actividad antisemita como un factor perjudicial al evaluar los beneficios de inmigración.
Tricia McLaughlin, subsecretaria de Asuntos Públicos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), enfatizó que Estados Unidos no tiene la obligación de aceptar a los simpatizantes terroristas del resto del mundo. Aseguró que el país no está obligado a admitirlos ni a permitirles quedarse.
McLaughlin añadió que la secretaria del DHS, Kristi Noem, ha dejado claro que quienes creen que pueden entrar a Estados Unidos y usar la Primera Enmienda —que protege la libertad de expresión— para justificar la promoción de la violencia antisemita o el terrorismo se equivocan. "Piénsenlo de nuevo. No son bienvenidos aquí", declaró.
La nueva política entra en vigencia de inmediato y se aplica tanto a las solicitudes de visa de estudiante como a las solicitudes de “tarjetas verdes” de residente permanente para residir en los Estados Unidos.
En 2024, Donald Trump basó su campaña presidencial en el compromiso de fortalecer las políticas migratorias y revertir lo que percibía como una postura indulgente de su predecesor, Joe Biden, con respecto a la inmigración.
Desde que asumió el cargo en enero, Trump ha ampliado el proceso de deportación acelerada para inmigrantes indocumentados y ha retenido fondos federales para las ciudades santuario. También ha declarado una emergencia nacional, lo que permite el uso de fuerzas militares para asegurar la frontera. Además, su administración está aumentando la capacidad de los centros de detención para albergar hasta 30,000 migrantes.
Como parte de su amplia estrategia de deportación, la administración Trump ha apuntado específicamente a los estudiantes extranjeros involucrados en manifestaciones contra Israel en los campus universitarios de Estados Unidos, enviando agentes de inmigración para detenerlos.
El Secretario de Estado, Marco Rubio, anunció a finales del mes pasado que había revocado las visas de aproximadamente 300 estudiantes internacionales y continúa haciéndolo diariamente.
La reciente medida coercitiva responde a la oleada de manifestaciones pro-palestinas que tuvo lugar el año pasado en diversas universidades de Estados Unidos. Durante estas protestas, los estudiantes exigieron el fin del apoyo del gobierno estadounidense a Israel debido a su continua operación antiterrorista contra el grupo terrorista Hamás en Gaza.
Además, la administración estadounidense ha reducido en millones de dólares la financiación federal a importantes instituciones educativas como Harvard y Columbia, alegando su insuficiente respuesta al antisemitismo durante las protestas en los campus relacionadas con el conflicto de Gaza.