Presidente de República Dominicana habla en Conferencia de Alianzas para el Turismo Sostenible

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El turismo es una de las formas más directas de tejer vínculos entre los seres humanos, fomentando el intercambio de ideas y experiencias.

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Discurso del Excelentísimo Señor Presidente de la República Dominicana, Lic. Danilo Medina, en la Conferencia sobre Alianzas para el Turismo Sostenible:

Honorable Señor Andrew Holness,
Primer Ministro de Jamaica;

Honorable Sr. Allen Chastanet,
Primer Ministro de Santa Lucía;

Honorable señor Taleb Rifai,
Secretario General de la Organización Mundial del Turismo;

Honorable Sra. Cecile Fruman,
Director de Comercio y Práctica de Competitividad Global, en representación del Banco Mundial;

Honorable señor Alexandre Meira Da Rosa,
Vicepresidente para América Latina y el Caribe del Banco Interamericano de Desarrollo;

Miembros Distinguidos de las Instituciones Cooperantes por la organización de esta conferencia;

Señorías de las distintas Delegaciones Internacionales presentes;

Miembros distinguidos del Gobierno de Jamaica;

Señoras y señores:

Es un placer estar aquí en esta hermosa ciudad de Montego Bay y es un honor visitar lo que para los dominicanos es y será siempre la nación hermana de Jamaica.

Quiero agradecer al Honorable Primer Ministro, Andrew Holness, por su invitación personal y la organización de esta Conferencia sobre Alianzas para el Turismo Sostenible.

Como saben, el turismo es una de las formas más directas de tejer vínculos entre los seres humanos, fomentando el intercambio de ideas y experiencias.

Y es también una forma de crear conexiones entre países que hasta hace poco no se conocían, pero que pueden tener un gran futuro en común.

Veo a muchos de los líderes de este gran intercambio global aquí, veo a los grandes impulsores del sector turístico, tanto público como privado.

Y eso me hace feliz, porque el turismo, además de ser un creador de experiencias, es un gran motor de desarrollo para los países que lo acogen.

Lo cierto es que, en apenas seis décadas, el turismo ha pasado de ser una pequeña industria del lujo a convertirse en un fenómeno de masas global.

Según las cifras de la Organización Mundial del Turismo, en 1950 el turismo movió 2 mil millones de dólares a escala global, en el año 2000 llegó a 495 mil millones de dólares y, siguiendo esta curva de aceleración ascendente, en 2015 había alcanzado ya un billón y un medio dólar. Esto representa el 10% del Producto Interno Bruto mundial.

En 2016, más de 1.2 millones de turistas recorrieron el mundo y, según cifras de la Organización Mundial del Turismo para el año 2030, se proyecta que se alcance la cifra de 1.8 millones de personas.

Para que nos hagamos una idea, esto significa que el turismo ocupó el tercer lugar en las exportaciones mundiales en 2015, después de los combustibles y productos químicos, y por delante de los productos de automoción y alimentos.

Esto es especialmente importante para los países menos desarrollados, donde el turismo representa alrededor del 7% de las exportaciones de bienes y el 30% de las exportaciones de servicios.

Por tanto, el impacto económico de este fenómeno es tan grande que, directa o indirectamente, es responsable de aproximadamente uno de cada diez puestos de trabajo en el mundo, generando oportunidades de progreso para naciones de todas las latitudes.

Si analizamos este crecimiento del turismo por regiones, encontramos que el año pasado Asia y el Pacífico crecieron un 9%, seguida de África, con un aumento del 8%, y América, que creció un 3%.

En Europa, la región más visitada del mundo y por tanto el mercado más consolidado, el crecimiento fue del 2%, y la única región que perdió visitantes, el 4%, fue Oriente Medio debido a la inestabilidad política de la región.

En definitiva, el turismo se ha caracterizado por un crecimiento prácticamente ininterrumpido en el tiempo, a pesar de crisis puntuales, demostrando siempre su fortaleza y resiliencia como fuente de generación de ingresos.

Por supuesto, no es menos cierto que un crecimiento exponencial de esta naturaleza va acompañado de otros desafíos y amenazas. Por eso es tan importante que nos detengamos a reflexionar.

Señoras y señores:

Este año 2017 que está a punto de finalizar fue declarado por Naciones Unidas como el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo.

Una decisión que celebramos y que ha contribuido de forma significativa a resaltar la necesidad de pensar a largo plazo y reconocer que el futuro de este sector no debe dejarse a la improvisación.

Desde el comienzo del Año Internacional del Turismo Sostenible, se han realizado decenas de eventos descentralizados cada mes, en diferentes partes del mundo, pero todos alineados en torno a un propósito común.
Para lograr que esta industria creciente y llena de oportunidades se oriente cada vez más a la definición de turismo sostenible. Es decir, a un turismo que mantenga un equilibrio entre los intereses sociales, económicos y ecológicos; un turismo que integra actividades económicas y recreativas con el fin de buscar la conservación de los valores naturales y culturales.

Los temas que se han discutido son muchos, diversos e interesantes. Desde el futuro de los balnearios y el turismo gastronómico, hasta el papel de la comunicación en el turismo sostenible, las iniciativas de conservación de la fauna y la costa o la necesidad de garantizar un turismo accesible para las personas con discapacidad. Este calendario ha reunido a empresarios turísticos de todo el mundo y de todos los tamaños, desde organizaciones no gubernamentales, académicos, funcionarios y técnicos de instituciones multilaterales.

Además de las reuniones de las Comisiones Regionales y de la Asamblea General, se realizaron actividades de mayor envergadura.

Por ejemplo, en Manila se realizó una Conferencia Mundial sobre Estadísticas de Turismo Sostenible, que es fundamental si queremos tener datos objetivos sobre los que avanzar hacia nuestros objetivos.

En septiembre, Montreal acogió la Conferencia Mundial sobre Turismo Sostenible para el Desarrollo y la Paz y se celebró en Madrid una Mesa Redonda sobre Turismo Urbano Sostenible, algo que sin duda interesa a las principales capitales europeas, pero también a los países emergentes que buscan diversificar su oferta.

Además, antes de la Clausura del Año Internacional del Turismo Sostenible aún tenemos en agenda la Conferencia Mundial de la UNWTO y la UNESCO sobre Turismo y Cultura, en la ciudad de Muscat del Sultanato de Omán.

Participar, de una forma u otra en estas actividades, talleres y seminarios ha sido y es una gran oportunidad para miles de personas vinculadas al mundo del turismo y también para los diferentes actores involucrados en la toma de decisiones.

Son muchos los conocimientos, experiencias, estudios, datos y capacidades que se han puesto en nuestras manos gracias a la celebración del Turismo Sostenible Internacional de este año.

Se nos ha abierto una gran oportunidad para reflexionar juntos a largo plazo y empezar a planificar ahora las medidas concretas que nos llevarán a construir el sector turístico que queremos dejar a las próximas generaciones.

Necesitamos un turismo que tenga en cuenta la toma de decisiones locales, generando empleo para las comunidades y respetando su identidad e intereses.

Necesitamos un turismo que fomente el respeto en todas sus formas, que no se convierta en una industria extractiva y cuyos beneficios se distribuyan de forma equilibrada.

Y entiendo que este Año Internacional del Turismo Sostenible nos está equipando con las herramientas para movilizar a los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil para trabajar juntos por estos objetivos.

Nuestra misión ahora es que el final de este año sea solo el comienzo.

El inicio de una agenda de trabajo nacional, regional y mundial mucho más intensa y coordinada para avanzar hacia el futuro del turismo.

En este sentido consideramos positivo que la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS de Naciones Unidas, consideren al turismo sostenible como uno de sus objetivos.

Quiero enfatizar también que este objetivo de transformar el turismo no debe verse como una ruptura drástica con el modelo existente. Entiendo que en realidad lo que debe suceder es una evolución natural.

Los países de la región caribe, por ejemplo, no dejarán de ser visitados en buena parte para disfrutar del sol y la playa. Ese es uno de nuestros grandes atractivos, después de todo.

Sin embargo, también sabemos que a esa experiencia podemos sumar muchas otras. Podemos ofrecer turismo de aventura, turismo ecológico, turismo histórico y cultural, turismo culinario, turismo religioso y turismo de salud. En definitiva, una lista interminable de opciones que van mucho más allá.

Pero además, las herramientas con las que contamos ahora deben permitirnos evaluar y planificar los desarrollos futuros que implementaremos en cada lugar y sus consecuencias en todos los ámbitos.

Tenemos que hacer esto para asegurar la sostenibilidad económica y ambiental, y para que los ingresos del turismo lleguen a un mayor número de comunidades.

Debemos satisfacer las necesidades de los turistas actuales y de millones de personas que viven del turismo, pero también debemos velar por las necesidades económicas y sociales del resto de la población, así como la integridad cultural y ecológica de nuestros frágiles ecosistemas, que en última instancia son los patrimonio que dejaremos a las generaciones futuras.
En mi país, la República Dominicana como en muchas otras partes del mundo, todavía existen muchas regiones con atractivos naturales y culturales excepcionales que aún no se han desarrollado plenamente, como el suroeste y noroeste de la república.

Pero sabemos que en esos lugares debemos apostar por un turismo sostenible y de baja densidad. Una experiencia que mantiene un equilibrio entre intereses sociales, económicos y ecológicos.

Porque, además, cada vez más turistas son conscientes de la necesidad de integrar su experiencia vacacional con la conservación de los valores naturales y culturales de la zona.

El compromiso con la sostenibilidad turística, en todas sus formas, será beneficioso desde todos los puntos de vista y, no tengo dudas, también será una fuente de ingresos y desarrollo para nuestros pueblos.

A los presentes se suman oportunidades conjuntas y, por qué no, también grandes retos globales.

Retos en los que el turismo, paradójicamente, puede ser tanto un agravante si se maneja mal como una solución si se maneja bien.

La respuesta a problemas de salud, como el brote de Zika o desastres naturales, como huracanes o inundaciones, debe recordarnos la necesidad de una planificación y coordinación permanente entre nuestros países.

De la misma forma, tenemos la responsabilidad de trabajar juntos en la búsqueda de soluciones regionales a problemas comunes, como la gestión de residuos, la generación de energía limpia o la conservación de nuestros mares y océanos.

Y, por supuesto, debemos dar los pasos necesarios para que tanto nuestros países como nuestro sector turístico estén plenamente preparados para adaptarse al cambio climático.

Por eso nos complace que el sector turístico se haya comprometido con el objetivo de reducir sus emisiones de CO2 en un 5%.

De hecho, el próximo día 29 mi país, República Dominicana será la sede de un taller sobre el papel del turismo en el marco de la Iniciativa Climática Internacional.

Por eso también es de sumo interés que, especialmente en los países más vulnerables, tengamos una sola voz en foros como la Cumbre “Un Planeta” que se celebrará en París sobre el cambio climático.

Es hora de que el mundo conozca las dificultades que debemos superar ante desastres naturales cada vez más frecuentes y nos apoye en la mitigación y reconstrucción.

Señoras y señores:

Antes de finalizar esta intervención, me gustaría centrar la atención en nuestra región del Caribe.
El año pasado recibimos una gran noticia.
El turismo en la región del Caribe creció más rápido que el promedio mundial y como resultado, por primera vez superamos la cifra de 25 millones de visitantes.
Todo indica que 2017 será el octavo año consecutivo de crecimiento continuo del turismo en el Caribe, con un sólido 4% en relación al año anterior y todo apunta a que esta tendencia continuará.

En el caso de la región del Caribe, esto es crucial, porque actualmente somos la región que más depende de los ingresos del turismo en sus economías.

Para darle un ejemplo, para la República Dominicana, el turismo está produciendo más del 25% de las monedas generadas por nuestra economía.

Estamos, por tanto, ante una grandísima oportunidad. Especialmente si podemos posicionar a “El Caribe” como un destino unificado en el mercado global.

Esto no significa, por supuesto, que los dominicanos vayamos a dejar de promocionar a República Dominicana, o que los jamaiquinos dejen de promover a Jamaica como destino.

Es simplemente una cuestión de reconocer que hay un mercado más grande más allá. Hay un visitante que quiere acumular más de una experiencia en su viaje, conocer la riqueza y diversidad de nuestras culturas y aprovechar su visita a este lado del mundo para viajar a diferentes lugares.

Eso nos abre, como bien sabéis, un gran espacio para lo que en lenguaje técnico se denomina turismo multidestino.

República Dominicana, Trinidad y Tobago, Barbados, Jamaica, Santa Lucía, Cuba, Puerto Rico y todas las islas que componen esta hermosa región tienen un enorme potencial si somos capaces de tejer una red de ofertas que permita a los clientes explorar todos los atractivos que se suma al clima, la cultura y la experiencia que ofrece el Caribe.

En ese sentido, hoy mi país ha suscrito con Jamaica un convenio de cooperación turística multidestino, con el propósito de fortalecer esta oferta conjunta. Por supuesto, nuestro objetivo es que esto sea seguido por muchos otros acuerdos entre las naciones del Caribe, que nos permitan desarrollar todo nuestro potencial.

Desde los gobiernos hay mucho que podemos hacer para promover el turismo en la región: cielos abiertos, facilitación de la migración, aeropuertos mejores y más eficientes e incentivos fiscales y, por supuesto, promoción conjunta.

Igualmente, es mucho lo que el sector privado puede empezar a hacer: los tour operadores, agencias de viajes, aerolíneas, navieras y otros actores deberían ver el gran beneficio que pueden obtener si comienzan ya a diseñar atractivos productos multidestino.

Amigos,

Nuestro país es, podríamos decir, un país extrovertido. Y no es solo por la alegría de nuestra gente y nuestra hospitalidad por recibir extranjeros, sino también por nuestra voluntad de ampliar nuestros horizontes.

Los dominicanos apostamos por la apertura al mundo, pero apostamos sobre todo, por la colaboración y el trabajo conjunto para lograr mejores resultados.

Queremos trabajar con todos ustedes para transformar el sector turístico no solo en un motor de crecimiento, sino en un motor de crecimiento sostenible.

Pongamos en juego todos nuestros mejores valores para que el turismo no sea solo más empleo, sino también empleo formal y de calidad para el progreso de nuestros pueblos.

No solo seamos más moneda e ingresos, sino ingresos para todos los sectores y todo el territorio, de manera equilibrada.

Todos los aquí presentes tenemos la responsabilidad, no solo de participar, sino también de liderar esta transformación que está viviendo el turismo.

No lo dudes: tus prioridades son también las prioridades de República Dominicana.

Seguiremos apostando por un turismo que refleje los tres valores propuestos por Naciones Unidas: Viajar, disfrutar y respetar.

Muchas gracias!

QUÉ QUITAR DE ESTE ARTÍCULO:

  • According to the figures of the World Tourism Organization, in 1950 tourism moved 2 billion dollars on a global scale, in the year 2000 it reached 495 billion dollars and, following this curve of accelerating upward, in 2015 it had reached already a trillion and a half dollars.
  • Es un placer estar aquí en esta hermosa ciudad de Montego Bay y es un honor visitar lo que para los dominicanos es y será siempre la nación hermana de Jamaica.
  • Una decisión que celebramos y que ha contribuido de forma significativa a resaltar la necesidad de pensar a largo plazo y reconocer que el futuro de este sector no debe dejarse a la improvisación.

Acerca del autor.

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El editor jefe de asignaciones es Oleg Siziakov

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